Como a Moisés
Escritura: Deuteronomio 18:15-19
LECCIÓN OBJETIVO: mirar, escuchar, aprender, amar, vivir y ser una luz para Jesús.
El profeta como á Moisés:
"El Señor vuestro Dios os levantará profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como á mí; á él deberá escuchad; conforme a todo lo que usted desee de Jehová tu Dios en Horeb, en el día de la Asamblea, diciendo: No quiero volver a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que yo no muera. Y el Señor me dijo: han hablado bien lo que han hablado. Plantearé en ellos un profeta de entre sus hermanos, como tú, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Y acontecerá que aquel que no obedeciera a mis palabras que él hablare en mi nombre, yo lo requieran de él." Deuteronomio 18:15-19.
Antes de que el pecado entró al mundo, el Señor Dios estaba en lo más íntimo de condiciones con el hombre. Él communed con Adán en el jardín. No hubo nube entre hombre no caídos y el siempre bendito. Podían comuna juntos, para ningún pecado había creado una pared intermedia de partición. Pero el hombre, rompió la ley de Dios y pierde su propia herencia, e implicaba a sus descendientes un carácter que el Dios Santo no puede retener. Por naturaleza, nos encanta lo que es malo. Dentro de nosotros hay un corazón malo de incredulidad, partiendo del Dios vivo y de la comunión con Dios. Es la misericordia si Dios considera a hablar con el hombre pecador. A través de su divina gracia, que el Señor no deja de nuestros padres por completo sin una palabra de sí mismo incluso después de la caída, por entre los días de Adán y Moisés hubo ocasionales veces cuando Dios habla con el hombre. "Enoc caminó con Dios", lo que implica que Dios caminó con él y tenía comunión con él. El Señor le habló a Noé, y hace un pacto con él, y con mayor frecuencia, habló con Abraham, quien gentilmente llamó a su amigo. Dios habló también llegó a Isaac, Jacob y José.
Luego hubo una larga pausa y un lúgubre silencio. Ningún profeta habló en el nombre de Jehová, no la voz de Dios en el oficio sacerdotal oracle fue escuchado, pero todo estaba en silencio mientras habitó Israel en Egipto y moró en la tierra de Châm. La voz era tan espiritual impera entre los hombres, que parecía como si Dios hubiera abandonado totalmente a su pueblo y dejó el mundo sin un testigo de su nombre. Sin embargo, había una profecía de su retorno y el Señor había grandes diseños que sólo esperó hasta la plenitud del tiempo había llegado. Se proponía tratar el hombre de una forma muy especial, para ver si podría soportar la presencia del Señor o no. Él resolvió adoptar una familia, se multiplica en una nación, y lo apartó para sí mismo. Le haría una revelación de sí mismo a esa nación. Él tomó la gente que había esclavizado entre los hornos de ladrillos de Egipto y les hizo sus elegidos, la nación de su elección, ordenados para ser una nación de sacerdotes, un pueblo á él, si tenían pero la gracia para soportar el honor. Con una mano amorosa y brazo extendido, se entregó con amor gratuito. Él divide el Mar Rojo y les hizo una forma de escapar usando el mar como una barrera entre ellos y sus antiguos amos. Él los tomó en el desierto y los alimentó con el maná que descendió del cielo, y con el agua de la roca. Habló con ellos como él nunca había hablado antes de cualquier nación. Habló con ellos desde la cima del Sinaí, por lo que se ha oído su voz de en medio del fuego. Pero el experimento falló, porque el hombre no estaba en condiciones de oír la voz directa de Dios. En el primer día en que el pueblo estaba en ese terror y alarma que gritó, "Este gran fuego nos consumirá. Si oímos la voz del Señor nuestro Dios, más nos morirá." se paraban a una distancia para escuchar la palabra de Dios la ley perfecta y ellos se llenaron de gran temor, tan terrible era la vista que incluso Moisés dijo, "Estoy sumamente temor y temblor." La gente no podía soportar que se le mandó y oró que la palabra no debe ser hablado con ellos ya a alguien, excepto a través de un intérprete. Se necesitaba alguien para venir entre ellos y Dios. Y los ancianos y los jefes de sus tribus vinieron á Moisés, y dijo: "Vaya usted, y oye todo lo que el Señor nuestro Dios dirá y habla usted á nosotros todo lo que Jehová nuestro Dios hablarás á vosotros y vamos a escucharlo y hacerlo".El Señor sabía que el hombre siempre sería incapaz de escuchar directamente la voz de su creador. Por lo tanto, determinan no sólo a hablar por medio de Moisés, pero hablar por sus siervos, los profetas, levantando aquí una y otra. En la consumación de su misericordia condescendiente, pondría toda la palabra que tenía que decir al hombre en un corazón, y la palabra que debe ser hablado por una boca para hombres, suministrando una plena, completa e inalterable la revelación de sí mismo al hombre, lea Juan 1:1. Esto lo resolvieron dar por uno de quien Moisés había aprendido algo cuando el Señor le dijo: "Voy a levantar en ellos un profeta de entre sus hermanos, como tú, y pondré mis palabras en su mes, y él les hablará todo lo que yo le mandare."
sabemos ciertamente que nuestro Señor Jesucristo es que el profeta como Moisés por quien en estos últimos días ha hablado á nosotros, Hebreos 1:1-2. Vea el testimonio de Pedro en Hechos 3:22-26 y Hechos 7:37. Este hombre (Jesús) era digno de mayor gloria que Moisés, en la medida en que quien ha construido la casa tiene más honra que la casa. Sin embargo hizo un gracioso oso semejanza a Moisés y allí sus Apóstoles encontraron un argumento de seguro de su ser hecho para ser el Mesías, enviado de Dios.
La lección de hoy es del Señor nos habla por medio de Jesucristo, el único mediador entre Dios y el hombre, y nuestro objetivo es serio que todos nosotros reverentemente escuchar la voz de Dios por el mayor de todos los profetas. Cuando el Señor se transfiguró y apareció con él Moisés y Elías hablando con él y de la excelente gloria, vino la palabra, "Este es mi Hijo amado, escucha que él." Este es el mensaje de hoy, "Oye él." Él le dice, "Inclinad vuestros oídos, y venid á mí: escuchar y vivirá vuestra alma. Escuchadme diligentemente y comer lo que es bueno y se deleitará vuestra alma con gordura." Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon que le negó la posibilidad de que hablaba en la tierra, ¡cuánto más no podemos escapar, si nos apartamos de él que habla desde el cielo. Reflexionemos un momento sobre la necesidad de un mediador. En segundo lugar, en la persona de la Prophet-Mediator a quien Dios ha elegido. Y, en tercer lugar, en la autoridad con que este mediador es invertido. Escuchar su llamado a nosotros hoy para escuchar la voz de Dios que se escucha en él, por él y para él.
Considere cómo existía la urgente necesidad de un mediador.
Había una necesidad de un mediador en el caso de los israelitas. Primero, porque de la impronunciable gloria de Dios y de su incapacidad para soportar esa gloria, con sus ojos, sus oídos, o su mente. La revelación de Dios sobre el Sinaí no fue la presentación de toda su grandeza, ya que habría sido imposible para el hombre ha vivido en la presencia de Su gloria infinita. Habacuc dijo, "Dios vendrá de Temán, y el Santo del monte Parán. Su gloria cubrió los cielos, y la tierra estaba llena de su alabanza. Y Su brillo era como la luz; él tenía cuernos saliendo de su mano." Pero, añade, "hubo la ocultación de su poder."
A pesar de sus superiores a la gloria, la manifestación de Dios en Horeb fue una manifestación tenue, atenuado por la debilidad humana, no podía tenerse. El rostro de Jehová unveilings, ningún ojo mortal podría soportar. La voz con la que Dios habló en el Sinaí por medio de Moisés es comparado con la voz de una trompeta cera exceda de alto y largo, y al igual que el rollo del trueno. Todos sabemos el impresionante sonido de trueno cuando se oye cerca, o sus voleas rolling sobrecarga. El accidente de repicar el repicar hace el corazón más valientes, si no a la codorniz, inclinarse reverente temor reverencial ante Dios! Pero esta no es la voz de Dios, pero su susurro. Jehová ha acallado su voz en el trueno, para que se escuche su voz en su plenitud, haría temblar no sólo la tierra, sino también el cielo. La voz del Señor Dios es inconcebiblemente majestuoso. No es posible que nosotros, pobres criaturas, nunca debería ser capaz de escuchar y vivir. No podríamos soportar la plena revelación de Dios aparte de mediatorial interposición. Cuando Él nos ha hecho ser puro espíritu o cuando nuestros cuerpos se han "aumentado en potencia", hecho semejante al cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, entonces podemos ser capaces de contemplar la gloria de Jehová. Sin embargo, debemos aceptar la advertencia amable del Señor en respuesta a la petición de Moisés, "no puedes ver mi cara, haya no me verá hombre y vivirá." Parecía claro en el Sinaí, que aun cuando el Señor hizo albergar a sí mismo, coherente con su honor a la debilidad de la naturaleza humana, el hombre estaba tan alarmado y miedo en su presencia que él no podía soportar. Es necesario que en vez de hablar con su propia voz, aunque él le susurró lo que tenía que decir, él habló a otro y después de que otros bajaron del monte y repetir las palabras del Señor a la gente.
Dios no puede convivir con los hombres a causa de su pecado. Dios se complace en cuanto a su pueblo Israel al pie del Sinaí como puro. "Descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos." se había abstenido por un rato de profanar las acciones y como estaban fuera de los límites, eran ceremonialmente limpio, pero era sólo una pureza ceremonial. Realmente estaban inmundos delante del Señor y de corazón impuro y contaminado. El Señor dijo, "oh que tuviesen tal corazón, que me temo, y guardar todos mis mandamientos, para que siempre pueda estar bien con ellos y con sus hijos para siempre!" Él sabía que su corazón no era correcto, aun cuando hablaron con obediencia. No muchos días después, las personas hicieron un becerro de oro y lo configurará y
se inclinó ante ella y provocó al Señor a celos. Es evidente que a partir de esa rebelión, un quebrantamiento deliberado de su pacto, y atrevido violación de sus comandos, habría sido totalmente imposible para Dios para hablar con ellos o para ellos a escuchar la voz de Dios de una manera directa. Habrían huido ante él a causa de su santidad que avergonzado de su falta de santidad. A causa de su pecado, el Señor no podría haber soportado en su presencia. Si fuéramos a contemplar su popa la justicia, Su Santidad, horrible y su inmenso poder aparte de nuestro siempre bendito mediador, queremos disolver a la vista y completamente derretido, porque hemos pecado. Esta doble razón de nuestra naturaleza y la pecaminosidad de nuestro personaje es uno forzoso. El argumento era tan forzada permitió que el Señor mismo. Él dijo, "Me han hablado bien, lo que han dicho." no era la aprensión mórbida que les tienen miedo. No era ningún tonto temor que les hizo temer por la sabiduría de sí mismo en la persona de Moisés, dijo: "Yo no excesivamente el temor y temblor." ¿Qué decir de Juan, cuando vio, no tanto la deidad absoluta, pero el lado divino del Mediador? "Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies."
Dios sabe que no es tonto miedo ni temor incrédulo, es una impresionante y un temor más natural que se apodera de nuestra naturaleza finita y falible en presencia del infinito y perfecto, Jesucristo. Estas frágiles tabernáculos son como una aflicción cuando el Señor marchas por la grandeza de su poder. Necesitamos un mediador. El Señor sabe muy bien que nuestra pecaminosidad provoca él y que hay en nosotros, en el mejor de los casos, lo que le haría estallar contra nosotros para destruirnos si tuviéramos que acudir a él sin una cubierta y propiciación. Debemos acercarnos al Señor a través de un mediador. Es absolutamente necesario. Dios mismo es testigos y, por lo tanto, en su misericordia, le ordena a un mediador, que por él nos podrá acercarse a su trono de gracia. Que el Espíritu Santo haga esta verdad muy simple a la conciencia de todos nosotros.
Venga y conozca un hombre llamado Jesús, un profeta como Moisés.
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